sábado, 14 de agosto de 2010

contraste de fases

No soy esa que me ve desde el espejo, pero casi. Es mío el reflejo, pero no logra engañarme. Hay alguien más queriendo entrar en la foto, sin pedir permiso pero esperando su oportunidad. Mis contradicciones, mis sinsentidos, son su campo de batalla. Mira a través de mis ojos y se entremezcla con mis miedos como planta venenosa.
Cuando dudo soy ella, ese pequeño monstruo, cuando me cierro es ella la que muestra los dientes. Es la tormenta, pero también el aire fresco. Dos cargas opuestas que no pueden sino atraerse, dos caras de una misma moneda que no pueden más que darse la espalda.
Si presto atención puedo reconocerme debajo de ese escudo de piel, detrás de esos ojos cautos y esa lengua filosa. La risa, el roce, la chispa de locura, sepultados del otro lado de esa máscara que usa mi nombre, mi cuerpo y que dice ser yo. No nos entendemos y en el fondo somos la misma cosa, la misma esencia. Un mismo ser, dividido.

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